1 nov 2007

¿Sólo un hola?

Me sé de memoria tus madrugones fríos y caldeados. El bolso color chocolate y tus gafas con montura invisible. Te contemplo hace tanto tiempo que he perdido la cuenta de nuestra historia. Es lo que tienen los hábitos, que unen a la gente aún sin saberlo. Nada más verte intuyo cómo has pasado la noche por el modo con que arrastras el sueño; por cómo te mueves sé si te perturba algún asunto del trabajo; me conozco el rictus de contrariedad cuando no está libre el asiento junto a la ventanilla del fondo y tu susto al despertar de pronto, tras una cabezada, temiendo haberte pasado de estación. Es entonces, con los ojos cerrados, cuando yo aprovecho para besarte en los párpados y llevarte lejos de ese tren de cercanías. Lástima que nunca salgan de mi boca y me muera de ganas por darle a tu cuerpo otro hogar que no sea el vagón. Según te descubro en el andén cruzo el pasillo para sentarme lo más cerca de ti y las pocas veces que compartimos espacio, tú me miras como si me conocieras de algo, sonríes y se te escapa un "hola" antes de seguir leyendo el gratuito. Y yo me quedo practicando submarinismo en el mar que hay detrás de tus lentes. ¡A mí sí que se me pasan las estaciones recordándote! Llegan las vacaciones y ya me duele tu ausencia porque es un tormento verte sólo por las mañanas. Claro que un día descubriré cuándo coges el tren de vuelta y esa tarde no te me escapas, prenda. Teresa Viejo

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Lo ves o lo imaginas?

Si no te conociera pensaria que es verdad...

Te quiero tonti

Benja (El gitano)

Anónimo dijo...

Mi pixurri!!!

Quien es ese individuo del tren?

Tenemos q kedar para q me lo explikes ehhh, o sino me llamas :p

Adios loka!

Xitosss

Anónimo dijo...

me gusta tu blog