22 mar 2007

La voz a ti debida

Para vivir no quiero islas, palacios, torres. ¡Qué alegrá más alta: vivir en los pronombres! Quítate ya los tajes, las señas, los retratos; yo no te quiero así, disfrazada de otra, hija siempre de algo. Te quiero pura, libre, irreductible: tú. Sé que cuando te llame entre todas las gentes del mundo, sólo tú serás tú. Y cuando me preguntes quién es el que te llama, el que te quiere suya, enterreré los nombres, los rótulos, la historia. Iré rompiendo todo lo que encima me echaron desde antes de nacer. Y vuelvo ya al anónimo eterno del desnudo, de la piedra, del mundo, te diré: "Yo te quiero, soy yo". Pedro Salinas

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