Y quisiera ser la flor de tu jardín, aquella a la que miras cuando sales de casa, y aquella a la que miras cuando descansas en tu terraza.
Aquella flor, la flor más viva, la flor más alegre... la flor: yo. Y que más pedir si tú te conviertieras en abejorro, si si, y venir cada mañana para darme tus buenos días con tu ruidosa música... y tocarme con tus astas, y verte marchar, con mi corazón en tus manos...
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